Nacido en febrero de 1903 en Chillán, Claudio Arrau era un niño de ocho años cuando viajó a Berlín junto a su familia para seguir sus estudios de piano. Hizo fama global tocando obras de los mayores compositores europeos, fijó domicilio en Nueva York y realizó viajes constantes por todo el mundo.
En nuestro país, el pianista fue acusado de no prestar atención al repertorio de sus compatriotas. Ahora, especialistas abren una investigación para contradecir esa idea. “Queremos desmitificarlo”, advierten.
El proyecto del Fondart Regional, “Claudio Arrau y la música chilena”, contempla la conservación y digitalización de impresos y manuscritos del pianista, con música de unos 30 autores chilenos, fechados entre 1911 y 1950
La colección contiene obras de músicos como Juan Orrego Salas, Pedro Humberto Allende, Enrique Soro, René Amengual, Carlos Botto, Acario Cotapos, Celerino Pereira y Próspero Bisquertt. También incluye a dos compositoras que han comenzado a ser revalorizadas durante los últimos años: Carmela Mackenna (1879-1962), que pasó buena parte de su vida en Francia y Alemania; y María Luisa Sepúlveda, que nació once años antes que el pianista… en Chillán.
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